La historia del caso que incluye sexo swinger, un cuadro de Picasso, tres crímenes y un suicidio dudoso

La historia del caso que incluye sexo swinger, un cuadro de Picasso, tres crímenes y un suicidio dudoso

Las dos víctimas de la pareja swinger Nicolás de Sousa y Antonia Zárate

 

Si una vidente le hubiese contado a Pablo Picasso que 72 años después una de sus obras causaría un asesinato atroz y con el tiempo un crimen por encargo, y que esa pintura ni siquiera estaba donde los asesinos creyeron, no se hubiese sorprendido.

Por infobae.com





Como todo genio que se anticipa al futuro y su arte puede ser un presagio -el mismo artista decía que todo lo que pueda ser imaginado es real- cuando pintó a su amante Marie Thérèse Walter mirándose en un espejo, una de las varias interpretaciones que generó la pintura “Mujer ante el espejo” era que reflejaba a la muerte.

Miguel Graffigna fue detenido junto a su por entonces mujer, la actriz porno Romina Gabriela Iddon Silva, por el doble crimen de Nicolás De Sousa (29 años) y Antonia Zárate (28), ocurrido el 22 de agosto de 2004 en una casona de Villa Elisa, en la Plata, provincia de Buenos Aires.

Ella fue asfixiada y golpeada. A él lo mataron a palazos.

Los investigadores sospechaban que fue un ajuste de cuentas por narcotráfico. Hasta que surgió otra pista que se terminó por imponer: De Sousa y Zárate eran swingers. Iban a los boliches Anchorena y New Moon y solían recibir a otras personas para el intercambio de parejas.

Los matadores creyeron (está claro que tenía un mal dato) que De Sousa, que era galerista de arte, tenía un dibujo de Picasso, “Mujer frente al espejo”.

La intimidad del encuentro fue la carnada perfecta para robar ese cuadro que nunca fue hallado.

Los torturaron sin piedad para que dijeran dónde estaba la obra. Pero no estaba esa obra.

Graffigna fue detenido seis meses después del doble asesinato, junto a Silva, y su abogado, Roberto Casorla Yalet, quien fue absuelto porque al parecer recibió una falsa denuncia de una ex.

En una crónica de Javier Sinay de la época, se revelan los momentos previos al doble asesinato:

“De Sousa y Zárate recibieron en su casa a la pareja luego de haber tenido algunos encuentros en los boliches. No imaginaban su destino. Entre las 23 y las 3 de la madrugada –franja horaria del crimen-, los dos varones se habrían quedado charlando en el living, mientras ellas iniciaban sus jugueteos íntimos en la habitación. (Para la mujer visitante no sería la única vez: le gustaba tener sexo con mujeres, sacarse fotos o filmarse durante las relaciones). Según pudo reconstruir la investigación, Zárate estaba en bombacha cuando escuchó un golpe seco que la alarmó y la obligó a correr al living, donde vio el inicio del horror: su novio yacía con la cabeza partida; miradas codiciosas apuntaban a ella”.

En el artículo no se confirma lo del Picasso en poder de De Souza, si, en cambio, que era galerista y que en la escena del crimen hallaron un libro grande con algunas reproducciones de las obras de Vito Campanella, el pintor surrealista que algunos consideran el “Dalí argentino”.

Graffigna nunca supo, o quizá lo supo después, que ese hecho marcaría su final. En sus últimos días con vida, tenía miedo. Como si supiera su destino inevitable. Se quedaría sin cuadro de Picasso y sin vida.

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