Hay partes del lago Tulare de California, con su agua azul que se extiende por millas y pájaros moviéndose alrededor de la costa, donde puede ser fácil olvidar que hace unos meses, nada de esto estaba aquí.
Por The Guardian
Pero luego una manguera de riego, un poste de una cerca o un cable eléctrico asoma a través de la superficie, recordando a los transeúntes y a las autoridades encargadas de patrullar el lago qué hay debajo del agua.
El vasto lago, que alguna vez fue el cuerpo de agua dulce más grande al oeste del Mississippi antes de que fuera drenado por canales agrícolas, reapareció este año en medio de un aluvión de intensas tormentas e inundaciones que se tragaron tierras de cultivo en el condado rural de Kings. Cientos de acres de campos de algodón, tomate y pistachos, casas de trabajadores, caminos e infraestructura eléctrica están sumergidos dentro del lago, mucho más allá de la vista de los visitantes que acuden en masa a la costa. Se detuvieron en nuevos miradores y caminaron penosamente hasta las señales de cierre de carreteras con drones con la esperanza de ver el lago histórico de primera mano.
“En el lago, no sabrías dónde estabas si [no hubieras oído] lo que estaba pasando”, dijo Nate Ferrier, de la oficina del alguacil del condado. “Es agua hasta donde alcanza la vista”.
El Valle Central, el corazón agrícola de California, había soportado una sequía agotadora durante años antes de que el invierno trajera una serie de tormentas que transformaron el área, lo que provocó que el lago resurgiera y amenazara con inundaciones a las comunidades cercanas. Inmediatamente después, la oficina del alguacil trabajó horas extras para responder al desastre, incluido el rescate de personas que se hundieron en el cuerpo de agua. Se podían ver pequeños animales muertos alrededor de la orilla.
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