Más de 140 réplicas y contando: cómo se han vivido los temblores que sacuden a Colombia

Más de 140 réplicas y contando: cómo se han vivido los temblores que sacuden a Colombia

Estas son las imágenes de cómo se han vivido los temblores de los últimos días en el país. | Foto: Suministrada a Semana A.P.I

 

 

 





El nombre del municipio, que fue epicentro del angustiante temblor que sintió Colombia este jueves, podría describir perfectamente lo que ha vivido el país desde entonces: El Calvario. El pueblo en el Meta sufrió uno de los peores días de su historia. La tierra crujió y las cosas comenzaron a desplomarse. Las imágenes de lo que sucedió allí podrían ilustrar un sitio tras el paso de un terrible vendaval. Los techos volaron, las paredes se agrietaron, el piso se abrió en pedazos y muchas edificaciones se fueron al piso.

Por Semana

Los videos que corrieron rápidamente por internet muestran a los niños de la escuela llorando abrazados y a muchos vecinos ayudando a levantar lo caído. El Servicio Geológico Colombiano midió este sacudón: 6.1 en la escala de Richter. El sismo dejó allí seis viviendas destruidas, otras 21 averiadas, 50 más con afectaciones leves y la suspensión del fluido eléctrico. A pesar de que la situación estaba controlada, las familias decidieron quedarse a dormir en los camiones o en el parque del pueblo, por miedo a que algo igual sucediera de nuevo.

El miedo fue también el principal protagonista de lo que se vivió en Bogotá. La peor escena sucedió en el barrio Madelena, en donde hay edificios de más de 20 pisos de altura. Allí, María Liz Moreno Mosquera, una venezolana de 26 años, se tiró al vacío y falleció. “Se lanzó de un séptimo piso por la angustia y el pánico que le provocó la situación”, explicó Paula Henao, directora de Bomberos.

La joven fue la única víctima mortal de lo sucedido. Pero los ataques de pánico, los desmayos y la angustia fueron generalizados. La Gobernación de Cundinamarca, por ejemplo, fue la primera en alertar que tuvo que destinar equipos de ayuda sicológica para atender la situación que se presentó en La Calera. A la magnitud del movimiento de la tierra se suma que en ciudades como Bogotá se desplegaron casi que por primera vez los protocolos para sismos. Así, las alarmas y las evacuaciones se vivieron en masa.

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