La Casa Blanca lanza una ofensiva para desacreditar el posible impeachment de los republicanos contra Biden

La Casa Blanca lanza una ofensiva para desacreditar el posible impeachment de los republicanos contra Biden

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el 14 de septiembre en la Casa Blanca (Washington).
JONATHAN ERNST (REUTERS)

 

La Casa Blanca se ha lanzado a desacreditar las alegaciones contra Joe Biden, que han llevado al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, a ordenar abrir una investigación como paso previo a un posible procesamiento político (impeachment) del presidente. Así, se disponen a dar la batalla en el terreno de la opinión pública. El propio Biden prepara un discurso sobre las amenazas a la democracia para el 28 de septiembre, al día siguiente del segundo debate entre los candidatos a las primarias republicanas. Pero antes, los equipos jurídicos y de comunicación del presidente han empezado a enviar argumentarios para combatir las acusaciones republicanas.

Por El País





La batalla política se centra en la investigación por impeachment. La Casa Blanca prefiere no pronunciarse sobre la imputación de Hunter Biden, hijo del presidente, con tres cargos por la supuesta compra y posesión ilegal de un revólver. Considera que es un asunto privado. El papel de Biden en este caso es el de un padre que apoya a su hijo en un momento difícil.

Iam Sams, uno de los portavoces de la Casa Blanca, se está empleando a fondo en presentar la apertura de una investigación formal como una demostración del extremismo republicano. Su tesis es que McCarthy ordenó unilateralmente a los presidentes de tres comisiones abrir la investigación porque no contaba ni siquiera con el apoyo de los propios congresistas republicanos para someter la decisión al pleno. Es más, apunta que el paso del líder republicano es un intento de acallar las voces del ala dura que piden su cabeza y que le reclaman que incumpla el compromiso de habilitar las partidas presupuestarias para el año fiscal que comienza el 1 de octubre, como se había comprometido. Eso supondría el cierre de parte de los servicios del Gobierno federal.

Biden eludió hablar tanto de la investigación por impeachment como de la imputación de su hijo este jueves en un acto en Largo (Maryland), cerca de Washington, en el que dio un discurso sobre su política económica. Se centró en sus logros en creación de empleo y criticó las rebajas de impuestos de Trump a los más ricos.

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