Cientos de migrantes que cruzan ilegalmente desde Ciudad Juárez, México, a El Paso cada día se topan con lo que parece una zona de guerra: kilómetros de alambre de púas de tres filas y tropas armadas de la Guardia Nacional que les ordenan regresar a México.
Cruzan en fila india el Río Grande con la intención de entregarse a la Patrulla Fronteriza para ser procesados: más de 1.270 por día en esta parte de la frontera durante septiembre.
Pero muchos migrantes que cruzan entre puntos de entrada ahora dan sus primeros pasos en suelo estadounidense enfrentándose a la Operación Estrella Solitaria, la iniciativa multimillonaria que el gobernador Greg Abbott de Texas inició hace dos años y reforzó nuevamente el mes pasado para abordar la crisis fronteriza y Prevenir el tráfico de drogas y de personas.
El flujo de inmigrantes que cruzan la frontera sur entre los puertos de entrada oficiales aproximadamente se ha duplicado desde la primavera, después de una breve caída. En mayo, el gobernador Abbott comenzó a aumentar los despliegues de soldados de la Guardia Nacional de Texas y otros estados, así como de policías estatales y una nueva Fuerza Táctica Fronteriza de Texas.
Durante un período de 10 días a finales de septiembre y octubre, The New York Times documentó la frontera de El Paso desde el lado de México. Las imágenes ofrecen una mirada poco común a las tácticas agresivas de las tropas de la Guardia Nacional que intentan bloquear, detener y repeler a las personas que buscan ingresar ilegalmente a los EE. UU.
Soldados de la Guardia Nacional y policías estatales patrullan entre líneas de alambre de concertina, participando en persecuciones del gato y el ratón con los migrantes y, en algunos casos, arrestándolos por invasión de propiedad privada.
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