La llegada masiva de venezolanos a la frontera de Texas, un estado republicano, y el desbordamiento de albergues en ciudades demócratas como Nueva York y Chicago han logrado unir la voz de políticos de ambos partidos contra la política migratoria del presidente Joe Biden.
Por BBC
Lo que los líderes locales han calificado como “crisis”, que ha llevado a declarar incluso el “estado de emergencia”, se ha convertido en uno de los grandes temas de la política nacional del país a un año de las elecciones.
Y el presidente Biden se ha visto obligado a tomar medidas con dos decisiones sorprendentes en busca de un giro.
Primero se anunció la construcción de 32 km de vallas fronterizas en un sector del sur de Texas donde los migrantes, venezolanos en su mayoría, han encontrado una vía más fácil de entrar a territorio estadounidense.
Biden vuelve así a apostar por una estrategia por la que fue famoso su predecesor, Donald Trump, quizás nuevamente rival en las presidenciales de 2024 .
Eso le ha valido críticas por recurrir a algo que dijo que nunca haría.
Luego, la Casa Blanca anunció que reiniciará la repatriación de migrantes venezolanos indocumentados directamente a Caracas, algo que se hace posible por un nuevo entendimiento entre los gobiernos de ambos países tras años de relaciones rotas.
En el fondo de estos cambios se observa una nueva estrategia del gobierno de Biden.
“En la preocupación del aumento de migración hay un consenso bipartidista en Estados Unidos. Por eso hemos visto que el gobierno de Biden ha adoptado esta decisión [de la repatriación directa]”, señala a BBC Mundo Geoff Ramsey, director para Venezuela de WOLA, un centro de análisis con sede en Washington.
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