El país que le quitó el “santa” a la Semana Mayor de los cristianos

El país que le quitó el “santa” a la Semana Mayor de los cristianos

Imagen de archivo. (Crédito: Andreas Rentz/Getty Images)

 

 

 





“¿Qué planes tenés para Semana Santa?”, le pregunté días atrás a una amiga. “Semana de Turismo, dirás”, me corrigió rápidamente, en tono medio broma, medio serio. Y es que en Uruguay –oficialmente– la semana clave del calendario de los cristianos quedó despojada del adjetivo “santa” hace más de 100 años. En las leyes, es la Semana de Turismo. Y también se ha hecho de otros nombres populares, como Semana Criolla y hasta Semana de la Cerveza, dependiendo del lugar en el que te encuentres.

Por CNN en Español

No hay que confundirse: en Uruguay, el cristianismo –la fe mayoritaria– celebra libremente la Semana Santa (aunque, eso sí, con una visibilidad menor a la de países como España). Y los huevos y los conejos de Pascua son ultrapopulares. Sin embargo, desde comienzos del siglo XX, las leyes no la reconocen a esa semana como tal, sino como la Semana de Turismo, que cada año coincide en fechas con la Semana Santa de los cristianos.

El cambio se remonta a 1919, cuando se secularizaron los feriados religiosos: la Semana Santa pasó a ser la Semana de Turismo, la Navidad se convirtió en el Día de la Familia, al Día de Reyes se lo designó como Día de los Niños y al Día de la Virgen como Día de las Playas.

El cambio de los nombres de los feriados es apenas una de las múltiples acciones que llevó adelante el país entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, para separar completamente al Estado de la Iglesia católica, algo que ya había quedado garantizado en la Constitución de 1919. Se trata de un proceso tan singular en la región que se ha convertido en caso de estudio para los académicos.

De los cementerios a los feriados: ¿cómo se deshizo Uruguay de los símbolos religiosos?
El primer hito significativo que marcó este proceso de secularización del país sucedió tan pronto como en 1861, apenas unos 30 años después de que el país aprobara su primera Constitución. Ese año, los cementerios, que estaban bajo el control de la Iglesia, pasaron a estar bajo la órbita del Estado. De allí en adelante, hasta que en 1917 se aprobó una constitución que separó formalmente a la Iglesia del Estado y garantizó la libertad de culto, la institución católica fue perdiendo cada vez más poder real y simbólico.

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