El Tetris cumple 40 años: un inventor desconfiado, un ladrón de guante blanco y el videojuego más vendido de la historia

El Tetris cumple 40 años: un inventor desconfiado, un ladrón de guante blanco y el videojuego más vendido de la historia

Tetris se inspira en un juego de mesa y estimula los reflejos, la lógica y la estrategia. (AP)

 

Cierre los ojos. Vuelva a su niñez, a su adolescencia o incluso a los años de su adultez. Sea una criatura o sea el tío, la madrina, el padre o madre que acompaña a algún chico a divertirse un rato delante de una consola, de un smartphone, o en medio de uno de esos enormes salones bulliciosos que nos hicieron felices y a los que llamaremos para siempre “fichines”, y que destina unos pesos también al entretenimiento propio.

Por infobae.com





Métase con la mente en un Sacoa. Si prefiere el enorme subsuelo de la peatonal San Martín de Mar del Plata porque es el Sacoa que más felices hizo a los argentinos y usted es uno de ellos, no dude: pase nomás.

Y ahora, delante de casi cualquier consola de las últimas décadas, de un teléfono de los de alta y también de los de baja gama, o en medio del enorme salón de videojuegos que su imaginación prefiera, escuche esa canción que su mente y su corazón ya conocen. Esa canción construida a partir de una melodía popular soviética, que se va acelerando con el correr de los minutos y que, en esa aceleración, acompaña la aceleración de las piezas que caen y de su adrenalina, que se hace notar a medida que avanza el juego. Esa canción que le hace acordar al dibujito animado de un bailarín ruso pegando patadas folklóricas para un lado y para el otro en un rincón de la pantalla. Ese ti-tirirí-tirirí-tirirí que está inscripto en el inconsciente colectivo global y que no deja dudas: cuando suena es porque estamos delante de una pantalla en la que hay una partida de Tetris lista para nosotros.

Este jueves se cumplen cuarenta años del lanzamiento del videojuego que, cuatro décadas después de aparecer tímidamente y sin ninguna fe por parte de su creador, se convirtió en el que, en todas sus versiones, vendió más copias en todo el mundo. Según las cifras más actualizadas del sitio web Statista, el Tetris vendió 520 millones de unidades, seguido por el Minecraft, lanzado en 2009 y con 300 millones de copias vendidas.

El del Tetris es uno de esos éxitos que atraviesa a todas las generaciones que han convivido con la posibilidad de jugarlo y que también atraviesa a una gran cantidad de países del mundo, sobre todo desde que, a través de maniobras alejadas de la legalidad, un empresario húngaro pirateó el invento de un ingeniero informático soviético cuando todavía subsistía la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS): ese pirateo y la posterior instalación del Tetris en la consola portátil e individual Game Boy, en 1989, exportaron el juego a casi todo el mundo.

Pero para esa expansión todavía faltaba. Primero hay que ubicarse en una oficina de la Academia de Ciencias que la Unión Soviética tenía en Moscú. Más específicamente en la oficina de Alekséi Pázhitnov, un ingeniero informático al que le gustaban los rompecabezas. Le gustaba especialmente un juego de mesa, el pentominó, que implica encajar piezas geométricas en una caja de madera, cada una formada por cinco cuadrados. Pensó que quería algo parecido pero para jugar en su computadora en los tiempos muertos de la oficina. Y puso manos a la obra.

Programó algo similar al pentominó y descubrió que las figuras formadas por cinco cuadrados cada una implicaban demasiada complejidad, así que decidió que cada pieza de las que habría que acomodar estaría formada por cuatro cuadrados, es decir, por tetrominós. La combinación de esa palabra y el fanatismo de Pazhitnov por el tenis parieron el nombre de eso que acababa de inventar: Tetris.

La leyenda dice que a su creador le alcanzó una tarde para llevar adelante esa programación que revolucionó el mundo del entretenimiento, y los expertos dicen que no hay nada de mito en esa afirmación: lo difícil, respecto de la creación del Tetris, era tener la idea. Llevarla a cabo en términos de su diseño digital no tenía grandes complicaciones. Así que Pazhintov tuvo la idea, la concretó y, sin confiar en absoluto en el impacto de su creación más allá del que tendría en su propia vida cotidiana, les mostró a algunos compañeros de trabajo lo que había hecho. El resultado fue inmediato: todos quisieron jugar, todos jugaron, todos se divirtieron, todos le dijeron que había inventado algo grande. Cuarenta años después, no hay dudas: todos tenían razón.

La clave del éxito: reflejos, lógica y estrategia

“Es un juego muy sencillo y es muy fácil progresar en sus niveles. Por otro lado, utiliza patrones que facilitan el aprendizaje: empezás muy despacio, en un nivel muy sencillo, y mejorás mucho. Eso es lo que te hace disfrutar, ver que mejorás. El tercer factor es que es un juego muy pacífico, no hay disparos ni sangre, no es violento, te da la impresión de estar construyendo algo, no de destruir”, describió hace algunos años Pazhitnov cuando le preguntaron por qué su Tetris había resultado tan exitoso.

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