Un estudio vincula el autismo con el ADN heredado de los neandertales

Un estudio vincula el autismo con el ADN heredado de los neandertales

Calavera y escultura de un neandertal (Shutterstock)

 

 

Cada vez hay menos dudas al respecto: en algún momento de la Historia, nuestros antepasados tuvieron varios encuentros con los neandertales, hasta tal punto de que esa carga de ADN heredada todavía hoy influye en cómo luchamos contra las enfermedades o hasta nuestra propia apariencia. Ahora, un nuevo estudio de la universidad de Clemson y la Universidad de Loyola, ambas en Estados Unidos, sugiere que el autismo podría haber sido heredado del ADN de los neandertales.





C. Amanda Osuna 

Según publican los investigadores en la revista Molecular Psychiatry, en las personas con autismo se presenta de forma más común los polimorfismos genéticos transmitidos por los neandertales que en las personas neurotípicas. Para llegar a esta conclusión, el equipo analizó el ADN de 3.442 personas neurodivergentes y neurotípicas.

“Se ha estimado que las poblaciones derivadas de Eurasia tienen aproximadamente un 2% de ADN neandertal, que fue adquirido durante eventos de introgresión que ocurrieron poco después de que los humanos anatómicamente modernos emigraran fuera de África”, han escrito los investigadores en el artículo. “Con la reciente secuenciación de múltiples genomas humanos arcaicos, ha habido un interés creciente sobre la influencia de los alelos arcaicos derivados de humanos en la salud moderna”.

Algunas investigaciones anteriores ya habían descubierto que el ADN heredado del cruce con los neandertales conformaba ciertas estructuras del cerebro. Puesto que las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) tienen patrones neuronales similares entre sí, este reciente hallazgo abre la puerta a nuevos estudios en torno al tema y a la relación existente.

Los científicos lograron identificar hasta 25 polimorfismos específicos que tenían un impacto directo en la expresión genética del cerebro, algo característico en las personas neurodivergentes y en algunos pacientes epilépticos. No se trata tanto de la cantidad de ADN neandertal, sino en qué fragmentos de este posee cada persona, independientemente de si es o no autista.

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